Según la Oficina del Censo de Estados Unidos, hay 57 millones de personas de origen hispano en el país, así que la gente hispanohablante constituye una gran parte de la población en varios sectores sociales, incluso en el sistema del cuidado de la salud. De hecho, el 64 por ciento de los pacientes que no dominan inglés habla español como primera lengua, y esta estadística está creciendo ya que muchos emigran a los Estados Unidos para recibir atención médica. Se está volviendo peor el problema de que al buscar atención médica esta comunidad no se puede comunicar con los expertos a quienes acude.
Hay dos maneras de resolver este problema: las instituciones podrían contratar a intérpretes o los médicos podrían aprender español. La primera posibilidad no es posible para todos, dado que usar un intérprete puede costar hasta sesenta dólares la media hora, cosa que algunas instituciones o familias no pueden costear. Afortunadamente, cada vez más residentes médicos (o sea, doctores en entrenamiento) están tratando de hablarles español a sus pacientes, según un estudio dirigido por la dr. Lion de la Universidad de Washington. Y no sólo por razones prácticas sino también porque desean desarrollar una relación fuerte y personal con ellos. Como dice la dr. Patricia Aguilar (una pediatra y profesora de medicina española de la Escuela de Medicina David Geffen de la Universidad de California, Los Angeles), usar el primer idioma de un paciente demuestra que al doctor le importa el paciente.
Rita Damico, una oncóloga pediátrica de la Universidad de California, San Francisco, está de acuerdo. Ella dice que “hablar español con fluidez como médico es una de las habilidades más útiles. Tener la habilidad de comunicar directamente con los pacientes crea una relación especial entre el doctor y los pacientes y sus familias, y cada vez más hay pacientes que solamente hablan español y que necesitan cuidado médico.” Pero Damico le ve un beneficio más: “…los doctores que hablan español son mejor calificados para buscar oportunidades de salud global en el extranjero y son más independientes en cuanto al cuidado de pacientes en general.”
Pero hay un riesgo si los médicos no se aprenden bien el español. En ese caso, se les puede comunicar desinformación a los pacientes por medio de las traducciones erróneas de los médicos, lo cual puede tener consecuencias peligrosas. Así que aprenderlo bien es de suma importancia.
En fin, es importante que los doctores en los Estados Unidos aprendan español y lo hagan bien para poder asegurar la mejor calidad de salud para todos sus pacientes. De hecho, se podría decir que se exige en uno de los principios más importantes de la profesión médica: el doctor debe abogar por el paciente. Y no se puede abogar bien por un hispanohablante que no hable inglés a menos que se hable bien su idioma.
Fuentes:
US Census Bureau. “Hispanic Heritage Month 2017.” Census Bureau QuickFacts, 31 Aug. 2017, www.census.gov/newsroom/facts-for-features/2017/hispanic-heritage.html.
Clarridge, Katherine E., et al. “Should All U.S. Physicians Speak Spanish?” Journal of Ethics | American Medical Association, American Medical Association, 1 Apr. 2008, journalofethics.ama-assn.org/article/should-all-us-physicians-speak-spanish/2008-04.
Seaman, Andrew M. “Many Doctors Use Limited Spanish Skills with Patients.” Reuters, Thomson Reuters, 13 June 2012, www.reuters.com/article/us-doctors-spanish-skills/many-doctors-use-limited-spanish-skills-with-patients-idUSBRE85C1GW20120613.