El realismo mágico es una forma literaria que combina la fantasía y la realidad diaria para crear un cuento lleno de color, que es creíble y surreal a la vez. De acuerdo al profesor B. J. Geetha, en este género, el autor usa un lenguaje muy vivido y elaborado para situaciones cotidianas, y un lenguaje sencillo para eventos mágicos. Gabriel García Márquez usa esta técnica en su novela premiada, Cien años de soledad, para enfatizar la aceptación de lo sobrenatural como parte de la realidad en la cultura latinoamericana, y para mostrar lo absurdo de la vida real. Además, la usa para retratar la reacción de los pueblos latinoamericanos–representados por la sociedad ficticia de Macondo–a las influencias del mundo occidental.
Antes de la introducción de la tecnología moderna, la cultura latinoamericana tenía muchas supersticiones místicas y creencias antiguas. Se atribuían a la religion las ocurrencias sobrenaturales que no se podían explicar. Y esto se refleja en la novela Cien años de soledad. De acuerdo a la profesora Allison Fagan, Márquez mismo explica que “su novela es una metáfora para America Latina”. En la obra, la gente de Macondo no se sorprende ante eventos fantásticos. Por ejemplo, después de que José Arcadia Buendías, el patriarca de los Buendías, se muere en su sueño, hay “una llovizno de minúsculas flores amarillas [Cayeron] toda la noche sobre el pueblo en una tormenta silenciosa…Tantas flores cayeron del cielo…[que la gente] tuv[o] que despejarlas con palas y rastrillos para que pudiera pasar el entierro” (Márquez 59). Aquí, Márquez se centra en los detalles fantásticos y la reacción ordinaria y cotidiana por parte de la gente. Los rastrillos y palas con que limpian las flores de las calles son objetos muy concretos y fáciles de reconocer para el lector, y el hecho de que no se sorprenda la gente enfatiza la frecuencia de los sucesos extraños. Por lo tanto, esta reacción indiferente le permite también al lector aceptar los incidentes fantásticos que la gente de Macondo llama la realidad.
Márquez también emplea el realismo mágico al describir el uso de objetos mágicos para resolver los problemas cotidianos. En la novela, los gitanos llevan una estera voladora, un objeto mágico, a la ciudad, pero la gente de Macondo la usa “como un objeto de recreo…para disfrutar de un vuelo fugaz sobre las casa de la aldea” (14). Pero al contrario, la gente de Macondo está confundida ante la nueva tecnología que entra en su mundo solitario. Los fenómenos sobrenaturales se aceptan fácilmente en Macondo, pero los fenómenos tecnológicos parecen irreales. Márquez escribe que cuando la gente de Macondo ve un tren por primera vez “era como si Dios hubiera resuelto poner a prueba toda capacidad de asombro, y mantuviera a los habitantes de Macondo en un permanente vaivén entre el alborozo y el desencanto, la duda y la revelación, hasta el extremo de que ya nadie pudiera saber a ciencia cierta dónde estaban los límites de la realidad” (93). Ellos piensan que el tren es más extraño que los elementos raros que ocurren cada día. Esta inversión de expectativas significa que la tecnología moderna toma el lugar de acontecimientos sobrenaturales.
El realismo mágico es un recurso literaria que Márquez usa para exagerar lo absurdo en la cultura latinoamericana y llamar la atención a las supersticiones que sigue la gente de esta parte del mundo, especialmente en el contexto de la exposición de una ciudad solitaria a tecnologías nuevas.
Fuentes:
Márquez, Gabriel García. Cien años de soledad. Barcelona, Literatura Random House, 1967.
Geetha, B. J. Magic Realism in Gabriel Garcia Marquez’s One Hundred Years of Solitude. Rupkatha Journal, India, 2002.
Fagan, Allison E. “Looking into a Speaking Mirror: Politics, Interpretation, and the English Translation of ‘One Hundred Years of Solitude.’” The Journal of the Midwest Modern Language Association, vol. 41, no. 1, 2008, pp. 46–55., www.jstor.org/stable/20464249.