Los refugiados de Centroamérica están huyendo de la violencia, las guerras, y las drogas. De hecho durante la primavera y verano del año 2014, miles de mujeres y niños solos viajaron a los Estados Unidos, buscando seguridad y oportunidades para vivir sin el temor de morir.
Estos refugiados son víctimas del abuso sexual y el asesinato y son blancos fáciles para crímenes. Las criaturas que viven en pobreza no tienen acceso a buena educación; sus escuelas en barrios inestables no tienen bastantes profesores; y a veces los estudiantes tienen que pagar para asistir a los colegios. Además, las drogas han abierto camino en las escuelas; en 2014, el único colegio público en la ciudad de Nueva Suyapa en Honduras fue controlado por un hombre de veintitrés años que traía armas escondidas a la escuela para amenazar a los estudiantes. Después de su muerte, ellos dijeron que él les había ordenado que usaran y distribuyeran narcóticos o mataría a sus padres. La influencia de las drogas en las vidas de jóvenes centroamericanos se ha vuelto un problema internacional. Los narcos reclutan a niños pequeños para ser recaderos, y ellos se crían en bandas y se vuelven sicarios y traficantes.
La mayoría de los refugiados llega a los Estados Unidos por medio de México y por lo tanto el gobierno estadounidense ha apoyado esfuerzos por parte de México para controlar la llegada de centroamericanos por su frontera sureña. Según la agencia de refugiados de las Naciones Unidas, en 2015 hubo un influjo de más de tres mil personas buscando asilo en México, un aumento de 155 por ciento en comparación a los números del 2013. Los refugiados no pueden regresar a sus países de orígen porque los gánsteres y sicarios de que se escaparon los matarán. Tampoco pueden entrar en los Estados Unidos porque el gobierno estadounidense quiere controlar el flujo de estos refugiados.
Actualmente los Estados Unidos está pasando leyes para ayudar a los niños más susceptibles a las condiciones peligrosas de Centroamérica. El gobierno piensa permitir que entren más refugiados de Honduras, El Salvador, y Guatemala – los tres países del “triángulo norte” que están enredados en pobreza y violencia. A través de una versión extendida del programa de admisión de refugiados, nueve mil personas de estos tres países podrán conseguir la seguridad en Estados Unidos. Antes de los cambios al programa, los Estados Unidos iba a aceptar a ochenta y cinco mil refugiados, de los cuales sólo tres mil eran de Centroamérica. El programa anterior sólo ayudaba a los jóvenes, pero los números sin precedente de jóvenes sin familias que cruzaban la frontera sureña de los Estados Unidos provocaron cambios para incluir a personas mayores. Los Estados Unidos todavía es el país que recibe el mayor número de solicitudes de asilo de habitantes del triángulo norte, y es necesario que se haga algo para ayudar a las víctimas de una brutalidad inmensa. Es injusto que los niños tengan que vivir aterrados y crecer sin la esperanza de una buena educación y un mejor futuro.
Fuentes:
Nazario, Sonia. “The Children of the Drug Wars.” The New York Times, 13 July 2014, www.nytimes.com/2014/07/13/opinion/sunday/a-refugee-crisis-not-an-immigration-crisis.html. Accessed 18 Sept. 2016.
Sturm, Nora. “UNHCR Calls for Urgent Action as Central American Asylum Claims Soar.” The UN Refugee Agency, United Nations, 5 Apr. 2016, www.unhcr.org/en-us/news/latest/2016/4/5703ab396/unhcr-calls-urgent-action-central-america-asylum-claims-soar.html. Accessed 18 Sept. 2016.
“U.S. Agrees To Take In More Central American Refugees, But It May Come At A Cost.” ThinkProgress, 14 Jan 2016, thinkprogress.org/u-s-agrees-to-take-in-more-central-american-refugees-but-it-may-come-at-a-cost-b8d7e1c6da7c#.r9gxd2kju. Accessed 18 Sept. 2016.