Fundado en 1996 el Day Worker Center de Mountain View sirve a la comunidad de jornaleros. No solo trabaja para conectarlos con los empleadores, sino también les provee con servicios como comida saludable, entrenamientos laborales, clases de inglés y más, para apoyarlos en cualquier aspecto de la vida.
En esta entrevista, aprenderemos sobre el trabajo de María Marroquín, la directora ejecutiva del centro. Ella comenta cómo empezó su trabajo en el centro, el trabajo que hace, los retos de la pandemia y más.
¿Cuál era su motivo para trabajar aquí?
Empecé en el centro en 1999 buscando trabajo como trabajadora doméstica. Antes de que yo hiciera este tipo de trabajo no conocía a la comunidad. Es una interpretación, que las personas que esperan trabajo en la calle son personas flojas. Entonces cuando me convertí en una de ellas, me di cuenta de que era un mito. Empecé a conocer a la gente y entonces se convirtió en una misión para mí, develar ese mito y ofrecer la realidad de otras personas que también como yo estuvieran equivocadas. Entonces empecé a involucrarme más y a encariñarme más con la comunidad. Empecé a organizar marchas […] En fin, me convertí en más activa. Cuando hubo un puesto para estar trabajando en la oficina, de una manera más estructurada, me ofrecieron el trabajo a mí como coordinadora […] Luego nos separamos de la organización que manejaba el centro, nos independizamos y entonces ya me convertí en la directora ejecutiva.
¿Cómo se ve su trabajo diario?
Mi trabajo es supervisar todos los programas, encargarme de la recaudación de fondos, de estar presente en la comunidad y, lo más importante, estar con los compañeros y compañeras. Tenemos una relación muy cercana, y entonces es parte de lo que más me gusta. Lo que haga falta. A veces [es] contestar el teléfono, a veces ir a ayudar en la cocina, platicar con voluntarios, escribir cartas de agradecimiento, revisar pedidos para tener subvenciones, supervisar reportes. Depende del día.
¿Cuál es su parte favorita del trabajo?
Estar con los compañeros. La relación con ellos, platicar, interactuar de alguna forma, esa es la parte que más me apasiona. Me gusta mucho estar en la cocina cuando damos de desayunar. Me desestresa, me gusta mucho eso. Incluso hay veces que estoy cansada y nada más llego aquí o hablo con un compañero y se me quite el cansancio. El centro es como que tiene magia, como que tiene vida propia.
¿Cómo impactó la pandemia en el centro?
La pandemia vino a cambiar tremendamente cómo funcionábamos… Antes no teníamos tantos servicios directos. Teníamos nuestra cocina, pero los compañeros aportaban una pequeña cantidad para pagar su desayuno. Desde COVID no era correcto seguirles pidiendo más recursos […] Se acabaron las clases, todas las presentaciones, las festividades. Poco a poco empezamos a abrir para que ellos vinieran, pero nunca como antes […] El cambio fue tremendo. La cuestión emocional, que es lo más dramático, fue muy impactante en la vida de ellos. Hemos visto desgraciadamente que más personas se han inclinado hacia la patilla, hacia las adicciones, porque el trabajo y la vivienda son muy escasos. Entonces emocionalmente está peor que nunca.
Por lo mismo de la pandemia, ha cambiado la cuestión social. Muchos empleadores se han movido de California por lo mismo, que es muy caro […] Esos ya no ocupan los servicios del centro […] Muchos empleadores de compañías, sobre todo de tecnología, han despedido a muchísimos empleados. Entonces está ese miedo de la economía en el país y en esta área en la que hemos perdido muchísimos trabajos. Cada mes es menos.
¿Cómo superaron los retos?
Siguen los cambios todavía pero seguimos haciendo el esfuerzo. Tratamos de adaptarnos lo mejor posible y seguir ayudándolos en cuanto a ofrecerles un lugar en donde al menos pueden llamar para saber que estamos pendientes.
[…] Nos hemos enfocado más ahorita en entrenamientos, tratando de equipar a los compañeros para que puedan usar las herramientas y también que sea como incentivo para los empleadores que contraten al trabajador.
También conseguimos apoyo para poder darles estipendios a los trabajadores, para que puedan estar tranquilos aprendiendo algo y no digan, “Pues es que voy a ir a buscar trabajo, no puedo estar aprendiendo”. Porque es una realidad que para ellos la prioridad es buscar trabajo.
¿Cuáles son los programas que ofrecen?
Conexión con empleadores, esa es la parte básica de nuestra misión […] De ahí surgió algo que es más estructurado, lo que es las clases de inglés como segunda lengua […] Hacemos mucho énfasis en las oportunidades para desarrollar liderazgo …Hay mucha ignorancia en cuanto a por qué los jornaleros vienen de otros países a buscar trabajo, entonces es importante que la gente los conozca como seres humanos y que oigan de ellos mismos. Son ellos los que conocen su vida y su realidad […] Es importante que ellos tengan un espacio donde puedan hablar por sí mismos, donde puedan ir al ayuntamiento de la ciudad […]
(Mira la introducción para una descripción más completa de los programas)
¿Cuáles son las metas que tiene para los años que vienen?
Muy enfocados desde luego en entrenamientos, con prioridad para apoyar a las personas mayores…Queremos enfocarnos mucho en esta comunidad […] Es cuestión de crear negocios, que ellos puedan tener algún ingreso, no solo esperar al empleador, poder tener una lonchera y crear cooperativas de manera de que la comunidad deje de estar dependiendo del empleador y se conviertan en co-propietarios, para que así ellos puedan salir adelante.
Seguir construyendo comunidad además de dar una bienvenida más harmónica y seguir educando a la comunidad que no sabe quién es. Tratar de penetrar realmente a todos los niveles con una narrativa positiva, de convivencia, de aceptación mutua de todas las comunidades. Quiero enfocarme mucho en eso porque en mi visión, eso hace mucha falta […]
¿Cómo pueden involucrarse los estudiantes de la escuela secundaria que quisieran hacer trabajo voluntario aquí?
Los programas crecen muy orgánicamente. Entonces si tenemos algún grupo de estudiantes que sabe tocar guitarra, podemos tener clases de guitarra, podemos crear un grupo musical […]
[Pueden] hablar de la comunidad, hablar con sus vecinos, […] quiénes son los compañeros jornaleros. “Regar la voz” acerca de la comunidad.
Siempre es importante donar dinero pero más importante es donar el tiempo…Hacer una lluvia de ideas, “¿Qué tal si hacemos eso?”. Yo estoy muy abierta a innovaciones, a ideas un poquito locas. Parto del principio de que si seguimos haciendo lo mismo vamos a tener el mismo resultado, entonces debemos hacer cosas diferentes para obtener diferentes resultados. Así que no hay ideas locas, no hay ideas malas, solamente son ideas que no hemos probado todavía.
Me gustaría darle las gracias a María Marroquín por la entrevista. Yo he trabajado casi un año enseñando clases de ESL, planificando lecciones y ayudando con las redes sociales. Ha sido una experiencia increíble para mí. Así que les invito a explorar el sitio web del Centro Jornalero o a preguntarme a mí si están interesados en involucrarse en las actividades de este lugar.