Tal vez has escuchado el Spanglish o tal vez lo has usado. Este dialecto híbrido es frecuentemente malentendido y, desde que tomé una clase universitaria sobre el Spanglish, me ha interesado el conflicto de ideas e identidades que provoca. Incluso he empezado a hablar Spanglish. (¡Pero no en la clase de español!)
¿En qué consiste el Spanglish?
El Spanglish es algo flexible, ni español ni inglés. Además, como hay variedades geográficas de español e inglés, hay variedades geográficas de Spanglish, como el chicano de Texas o el puertorriqueño de Nueva York. Voy a explicar algunas formas lingüísticas que surgen si hacemos un análisis lingüístico del Spanglish.
Primero, palabras que ya existen en una lengua pero reciben otro significado. Por ejemplo: librería (biblioteca), carpeta (alfombra).
Segundo, palabras prestadas, o sea, inventadas. Por ejemplo: lonchar (almorzar), parquear (estacionar). Estas palabras están integradas fonéticamente al español, aunque no sean del español oficial.
Tercero, el calco, o la traducción literal de una frase. Por ejemplo: te llamo pa’tras (te llamo después), o hacer decisiones (tomar decisiones).
Cuarto, el cambio de código, o alternar entre el español e inglés. Por ejemplo: “Hoy iba a ir a la tienda, pero I changed my mind”. Las personas cambian de código por varias razones, para utilizar una palabra específica de una lengua que no existe en la otra, para cambiar de tema, o porque emociones fuertes les provocan cambiar de lengua.
Sin embargo, no todas las fusiones entre español e inglés les parecen gramaticalmente aceptables a las personas que hablan Spanglish. Hay algunas reglas gramaticales generalmente aceptadas para el cambio de código pero otras no. Por ejemplo, no se usa un artículo en una lengua y un sustantivo en la otra (the gato). Otra regla implícita es que no se cambia de código entre una conjugación de verbo (hemos eaten).
¿Cómo se relaciona el Spanglish con la identidad?
Para muchas personas hablar Spanglish es una manera de expresar que pertenecen a dos mundos, el latino y el anglo. También como la lengua forma parte de la cultura, hablar Spanglish es una parte central de la identidad de muchas personas.
Por ejemplo, la escritora chicana Gloria Anzaldúa hablaba Spanglish, lo que consideró la manera más auténtica de expresarse. En su famosa autobiografía La Frontera, que escribió en Spanglish, ella declara que su lengua será ilegítima mientras tenga que hablar en inglés o español en vez de Spanglish.
Crítica:
Sin embargo, no todas las personas aceptan el Spanglish como una celebración de la identidad. Una crítica al Spanglish es que representa la última conquista de la cultura norteamericana en Latinoamérica. O sea, dicen que hablar Spanglish significa perder el orgullo por la cultura latina. Otra crítica es que las personas que hablan Spanglish ni saben hablar español ni saben hablar inglés, junto con el estereotipo de que además son pobres y no educadas.
Es verdad que el Spanglish y otras lenguas híbridas pueden ser un medio efectivo de comunicarse a pesar de una barrera lingüística, pero yo creo que este punto de vista simplificado ignora las ventajas del Spanglish: muchas veces se cambia de código no por necesidad, sino para expresarse mejor o con emociones más precisas.
La trayectoria del español:
Las personas que hoy día claman por la pureza del español y rechazan el Spanglish han olvidado las raíces del español. El español, o el castellano, evolucionó del latín vulgar. En la Edad Media, aunque hablaban castellano, las personas cultas no lo usaban para los documentos oficiales porque debían seguir el modelo del latín. Después de que el lingüista Antonio de Nebrija publicara la primera gramática del castellano en 1492, se codificó el español escrito, y ahora el español es una de las lenguas más habladas del mundo.
El español del futuro no va a ser el mismo que el de hoy, así como el español antiguo no es igual al que hablamos en el siglo XXI. Puesto que las lenguas son entidades vivas que evolucionan y se adaptan a los cambios demográficos, sociales y culturales, es lógico pensar que tal vez algún día en los salones de clase se enseñe también el Spanglish.
Bibliografía:
Gloria Anzaldúa, Borderlands: The New Mestiza = La Frontera, 5th ed. (San Francisco: Aunt
Lute Books, 2021), 58.
Isabel Bustamante-lópez, 12. Constructing Linguistic Identity in Southern California, Studies in
Bilingualism (John Benjamins Publishing Company, 2008),
https://doi.org/10.1075/sibil.37.17bus.
Roberto Gonzalez Echevarria, “Is ‘Spanglish’ a Language?,” The New York Times,
https://www.nytimes.com/1997/03/28/opinion/is-spanglish-a-language.html.
Shana Poplack, “Sometimes I’ll Start a Sentence in Spanish y termino en Español: Toward a
Typology of Code-switching,” Linguistics 18, nos. 7-8 (1980):
https://doi.org/10.1515/ling.1980.18.7-8.581.
Soto, Itzel Meduri. “We Speak Spanglish ¿Y qué?” World Outspoken, 15 Sept.
2021, www.worldoutspoken.com/articles-blog/spanglish-its-who-we-are.