“Puerto Rico se levanta” se ha convertido en una forma de eslogan oficial entre los puertorriqueños. Las palabras cubren edificios, aparecen en algunos discursos, y representan un sentimiento de esperanza después del desastre que fue el huracán María el año pasado.
El huracán tocó tierra en Puerto Rico en la forma de una tormenta de categoría 4 de intensidad máxima ,y se cree que fue una de las tormentas atlánticas más destructivas de la historia. De hecho, el área donde pegó es el área más afectada por una tormenta en los últimos 60 años. Y para comenzar a reconstruirse, la isla ha recibido más de 25 mil millones de dólares.
Desafortunadamente, Puerto Rico ya era muy vulnerable a este tipo de desastre natural antes del huracán. Por ejemplo, durante la tormenta, una gran parte de la infraestructura energética de Puerto Rico dejó de funcionar (más del 80 por ciento de las líneas eléctricas de la isla), y esto empeoró la comunicación. El problema se debió a una mala planificación, o sea que durante muchos años, la infraestructura energética de la isla sufrió de una financiación deficiente, negligencia y tecnología obsoleta. También, la infraestructura de Puerto Rico no se construyó para poder sostener un huracán tan fuerte, y tan pronto como tocó tierra la tormenta, las áreas rurales remotas perdieron la electricidad y acceso a muchos servicios más.
Al principio, el número de víctimas no se consideraba tan alto, y los expertos estimaban que había menos de 100. Pero con el tiempo, la gente comenzó a darse cuenta de que había muchas más muertes que no se habían tenido en cuenta. En agosto de este año (2018), los investigadores estimaron que un total de 2,975 personas habían muerto a causa del huracán.
Mientras numerosas fuentes han informado de estas muertes (casi 3,000), el president de Estados Unidos, Donald Trump ha negado que tantas personas hayan muerto a causa del huracán. Para colmo, él ha declarado que los esfuerzos del gobierno estadounidense para ayudar a Puerto Rico fueron increíblemente exitosos. Esta declaración ha enfurecido a los puertorriqueños, quienes no creen que la respuesta del gobierno al desastre fuera suficiente.
De hecho, hay muchas maneras en que la respuesta de FEMA (la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias) fue insuficiente y no hizo un buen trabajo al responder a la situación. Por ejemplo, según un informe publicado por FEMA, las tiendas locales de artículos de emergencia en los almacenes federales en Puerto Rico eran casi inexistentes, y una gran parte de los empleados críticos de la agencia (FEMA) se desplegó en otros lugares de la isla durante las primeras etapas del huracán. Además, las comunicaciones federales eran un desastre, y por eso, era difícil entender el daño y asignar recursos a las áreas más afectadas. Esto causó problemas en la provisión de suministros de emergencia.
El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, respondió a Trump diciendo que “la relación histórica entre Puerto Rico y Washington es injusta y no es una relación exitosa.” Rosselló le pidió a Trump que extendiera la cobertura federal para continuar el trabajo de restauración y limpieza de viviendas en la isla. Esta asistencia no ha llegado.
El tema de convertirse en un estado ha dividido a los puertorriqueños por mucho tiempo, pero el huracán cambió las opiniones entre algunos sobrevivientes. Una nueva encuesta muestra que después del huracán, el 48 por ciento de los puertorriqueños en la isla quiere que Puerto Rico se convierta en un estado, mientras solo el 26 por ciento preferiría seguir un territorio de los Estados Unidos.
En términos de recuperación, la isla se ha embarcado en un programa de austeridad, que incluye la reducción de la asistencia pública y la reducción del apoyo del gobierno a municipalidades e instituciones como el sistema universitario de Puerto Rico, así como importantes recortes de dinero a la educación pública. El objetivo de estos programas es esencialmente eliminar a la economía informal y al sector público masivo que se ha desarrollado en Puerto Rico y sustituirlos con una industria turística. Pero el desarrollado del programa turística y los recortes de dinero a la educación pública han resultado en un conflicto dentro del territorio, una en la que empleados y estudiantes del sector público se encuentran a menudo en protesta.
A pesar de que esas tensiones aumentan cada vez más dentro de las estructuras sociales y políticas de Puerto Rico, la reconstrucción sigue. Después de ocho meses en la oscuridad para algunos ciudadanos, la mayor parte de la red eléctrica vuelve a estar en su lugar, y la mayoría de las calles y carreteras principales están reparadas y el planificación del sector turístico está en proceso de desarrollo.
Fuentes:
Barclay, Eliza, et al. “Hurricane Maria: 4 ways the storm changed Puerto Rico — and the rest of America.” Vox, 20 Sept. 2018, www.vox.com/2018/9/20/17871330/hurricane-maria-puerto-rico-damage-death-toll-trump.
Newkirk, Vann R., II. “The Situation in Puerto Rico Is Untenable.” The Atlantic, 20 Sept. 2018, www.theatlantic.com/politics/archive/2018/09/hurricane-maria-anniversary-puerto-rico-trump/570928/