Después de un desayuno delicioso en el hotel, fuimos al museo de Reina Sofía en Madrid. La Reina Sofía es uno de los museos más famosos en Madrid, y tiene muchas obras de artistas como Picasso y Dalí. Es muy diferente del Museo de Prado, porque es un museo de arte contemporáneo y las obras comentan muchos problemas modernos. No teníamos un guía en el museo, entonces caminamos por el museo y miramos las obras que nos interesaban. Por supuesto, todos miramos la obra “Guernica” de Picasso. Es su obra más famosa, y representa los horrores en el pueblo de Guernica durante la Guerra Civil de España. Desafortunadamente, no podíamos sacar fotos, pero las pinturas tenían un poder especial cuando las miramos en persona. Nuestro tiempo en el museo pasó demasiado rápido, y pronto fuimos a nuestra siguiente destinación, la Chocolatería San Gines! Después de caminar por la lluvia, llegamos al cafe famoso por sus churros y chocolate; todos estaban emocionados de probar esta merienda famosa de España! El paseo valió la pena, porque los churros eran crujientes y dulces, y el chocolate negro era muy rico.
Por la tarde, fuimos a la famosa Plaza Mayor y la Puerta de Sol para hacer unas compras. Había muchas tiendas lindas en la plaza, y compramos muchos regalos y recuerdos. Después de un descanso corto en el hotel, fuimos a nuestra última cena juntos en España. Por supuesto, cenamos en un restaurante de paella, y probamos una paella de tinta de calamar. Todos pasamos un buen rato, y para el postre comimos arroz con leche y crema catalana.
Para terminar nuestra última noche en España, visitamos la Ciudad Universitaria de Madrid para ver un ensayo de la tuna. La tuna es un grupo que canta muchas canciones tradicionales de España, y los miembros también tocan instrumentos como la guitarra y la bandurria, un tipo de guitarra pequeña. El tío de Marcos Acero, Fernando Acero, organizó la visita porque él era un miembro de la Tuna de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Madrid. También conocimos a la tía y a los primos de Marcos, quienes también asistieron al ensayo. La experiencia era increíble, y el salón de la tuna tenía una energía muy especial. Cuando salimos, el Tío Fernando le regaló una bandurria a Marcos, quien estaba muy emocionado para empezar a aprender a tocarla. Después, tomamos el metro otra vez para regresar al hotel y preparar para el viaje a casa!