El 17 de noviembre de 1901, la policía hizo una redada en una fiesta en la Calle de la Paz en Ciudad de México. Cuando entraron a la reunión, se sorprendieron al encontrar a muchos hombres bailando juntos, algunos vestidos con ropa de mujer, con joyas, pelucas y maquillaje.
Cuando las noticias llegaron a la prensa, llamaron al evento “El Baile de los Cuarenta y Uno”, por los cuarenta y un hombres en la fiesta y, debido al estigma y discriminación hacia las personas homosexuales y transgénero durante esa época, el evento fue un escándalo muy grande. Aunque los nombres de los organizadores no fueron revelados, se sospechaba que ellos y los invitados eran de clase alta; por esa razón, sus nombres se mantuvieron en secreto. Las invitaciones al baile se distribuyeron en cantinas locales. Quizás el rumor más grande fue que el invitado número 42 era Ignacio de la Torre y Mier, quien era el yerno del presidente de México, Porfirio Diaz.
Los rumores escandalizaron al gobierno, especialmente porque el presidente Porfirio Díaz era considerado un corrupto. El gobierno solamente se enfocaba en el comercio internacional y en lazos simbólicos con Europa, dañando a los pobres. En este contexto, el escándalo que causó el baile no ayudó a mejorar la reputación del gobierno. La división que ya existía en el país finalmente condujo a la Revolución Mexicana en 1901.
Aunque al realizar el baile no se violaron las leyes, el gobierno quería castigar a los participantes, y fue el gobernador Ramón Carrol quien organizó el castigo. Algunos hombres fueron a la cárcel, y otros tenían que barrer las calles vestidos en ropa de mujer. Después, todos fueron enviados a Yucatán para combatir contra los indígenas, cavando trincheras y barriendo pisos. Las noticias fueron apagándose solo cuando los hombres salieron de Ciudad de México.
Décadas después, el número “41” se convirtió en un tabú. El ejército omitió el número en los batallones, y algunos hospitales y hoteles no tienen ese número. Algunas personas hasta se saltan el cumpleaños número 41, y también ese número se convirtió en una forma despectiva de referirse a los hombres homosexuales.
Sin embargo, con el paso del tiempo, la comunidad LGBT recuperó el término. Por ejemplo, una organización sin fines de lucro que se llama “Honor 41” honra y celebra a la comunidad Latinx LGBT. Asimismo, un libro de 1941 del autor mexicano Paulo Po sobre el baile, ayudó a concientizar sobre la importancia del evento y de respetar a los homosexuales y miembros de la comunidad LGBT. Otro aspecto importante fue el redescubrimiento y la publicación en 2010 de una novela escrita en 1906 basada en el baile. Algunos artistas famosos han representado el baile, por ejemplo, Ralfka Gonzalez, quien redibujó y añadió colores a caricaturas sobre esa noche creadas por José Guadalupe Posada Aguilar, un litógrafo político muy conocido en la época en que se realizó el baile. También hay una película en Netflix llamada “Baile de los Cuarenta y Uno”, sobre la vida doble de Ignacio de la Torre y su intervención en una sociedad secreta.
Aunque lo que pasó esa noche creó una cicatriz en la comunidad LGBT en México, el evento también catalizó la conversación sobre sexualidad e identidad de género. Ahora la gente está reclamando el evento y existe una percepción positiva sobre los asistentes y el número 41. Esto nos muestra que no hay odio que no podamos superar.
Fuentes:
Cherry, Kittredge. “Dance of the 41 Queers: Police raid Mexican drag ball in 1901.” Qspirit.net, 17 Nov. 2022, qspirit.net/dance-of-the-41-queers/. Accessed 28 Dec. 2022.
Morgan, Thaddeus. “41 Has a Secret Meaning in Mexico, Thanks to a Queer Underground Ball.” History.com, 27 June 2018, www.history.com/news/dance-of-41-mexico-gay-history. Accessed 28 Dec. 2022.
O’Boyle, Brendan. “‘Los 41’: The Queer Dance Party That Changed Mexico.” Americas Quarterly, 23 June 2020, www.americasquarterly.org/article/los-41-the-queer-dance-party-that-changed-mexico/. Accessed 28 Dec. 2022.