Ignacio Fontes, un atleta que representó España en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, llegó a ser uno de los trece finalistas en la carrera de los 1500m. Yo conocí a Ignacio hace dos años cuando tuve la oportunidad de hacer un intercambio con un joven español, Pepe Balibrea de Murcia, España. Por Pepe, conocí a Ignacio, cuya familia vive en Granada. Después de enterarme de su éxito este verano pasado, lo entrevisté sobre su experiencia participando en los Juegos Olímpicos y su trayectoria como atleta.
Ignacio ha sido atleta toda su vida, pero comenzó practicando otros deportes. “Desde los once años estoy corriendo y antes hacía fútbol sala (futsal)”. El joven de 23 años tuvo su comienzo competitivo global hace siete años. Sus primeras carreras fueron principalmente de 800 m. Los años siguientes se expandió, corriendo los 1500m además de las carreras más cortas de 800m y 400m a un nivel competitivo. Corrió por todo el mundo en competencias juveniles, compitiendo en Italia, Bélgica, Suecia y Francia, pero a medida que se acercaban los Juegos Olímpicos, se concentró en la clasificación.
Cuando le pregunté sobre su oportunidad de representar a España en Tokio 2020, dijo “Suena un poco cliché, pero ha sido un sueño poder competir en los juegos Olímpicos de Tokyo… Fue una experiencia increíble representar España en este nivel, el nivel máximo de atletismo”. Dormía en el mismo edificio con otros atletas olímpicos españoles en la Villa Olímpica, conociendo a ídolos como Pau Gasol. Admite que mientras correr no es tan popular como otros deportes, “se ve más en los Juegos Olímpicos, durante el resto de los años se ve menos… la verdad es que he recibido muchísimo apoyo de gente que yo no conocía”
En la Villa Olímpica, incluso cuando no estaba compitiendo, sus días fueron mágicos, pero no pudo salir del pueblo a causa de las restricciones de COVID. Allí estuvo 18 días, viviendo con competidores de España, Turquía, Azerbaiyán, Perú, Guatemala, y México. “Como eran mis primeros Juegos Olímpicos, fue una experiencia nueva. El comedor está abierto 24 horas, hay oculista…hay dentista, hay peluquero, hay salas de juego donde jugamos al ping pong. Pero después de 18 días era un poco repetitiva.” Dice que los competidores llegaron, tuvieron sus competencias, y se fueron inmediatamente. Fueron dos semanas agridulces para él, porque cuando llegó a la final ya había tenido que despedirse de muchos de sus nuevos amigos.
En su primera carrera corrió un 3:36.95, quedando en el octavo lugar y clasificándose para las semifinales. Pasó los días entre carreras entrenando, descansando, y usando todas las comodidades de la Villa Olímpica. En las semifinales quedó en el octavo lugar con un 3:34.49, obteniendo un lugar en la final. La carrera final no fue su mejor, pero se ubicó de manera impresionante en el puesto 13 del mundo en los 1500 m. “Creo que los deportistas somos muy inconformistas…nunca estamos contentos con el resultado. Si quedas segundo, quieres primero. Si quedas primero, quieres ganar todo. Siempre quieres más” El tiene los ojos en París 2024 y está entrenado para mejorar su tiempo.
Ahora él vive en Granada, pero pasa gran parte de su tiempo entrenando fuera de la ciudad. Él nota la importancia de entrenar a una altura, como en la Sierra Nevada de España. A Ignacio le encanta pasar tiempo en Granada, pero admite que pasa la mayor parte del año compitiendo, entrenando y haciendo lo que sea necesario para mejorar su capacidad atlética.
Sin embargo, no solo está trabajando para hacerse en un atleta mundial. Fontes también es un estudiante de medicina en la Universidad de Granada. Sus clases de Zoom durante COVID fueron difíciles, dice, pero le ofrecieron la posibilidad de entrenar y competir por todo el mundo con más facilidad. El secreto de su éxito, él cree, es que está tomando su educación con calma, a diferencia de sus compañeros. “Tengo dos cosas importantes, el deporte y la Universidad. El deporte a los treinta años se acabará y tendré que tener algo a que dedicarme el resto de mi vida”. Fontes dice que va a tomar unos años más para garantizar una educación con calidad. Él estima que en lugar de los seis años que tradicionalmente se toma para completar los cursos de medicina, tomará ocho a nueve, pero es importante que tenga una carrera después de correr.
Cuando hablé con Ignacio, me impresionó su pasión por el deporte como por su devoción por ser la mejor persona posible. Está claro que ha planeado su carrera y su futuro de una manera que le permita seguir compitiendo en los niveles más altos del mundo, al mismo tiempo que tiene una carrera muy estable y exitosa. Su dedicación al deporte me asombra. Él sigue entrenando en altura, ejercitándose y preparándose mentalmente. Asegúrate de verlo en París 2024, pero puede ser difícil porque va muy rápido en la pista.