Tengo un espacio especial en mi corazón por España y la comida española. Antes de que mi familia visitara España, yo solo comía pasta con salsa Alfredo, hamburguesas con queso, y papas fritas sin dudas; nunca probaba comida picante, carne o vegetales. Pero cuando viajé a España la comida de Madrid y Barcelona abrió mis ojos al mundo grande y rico de comida española. Desde entonces, he desarrollado un paladar maduro y me convertí en una gourmet. Siempre quiero probar los restaurantes nuevos, especialmente los restaurantes españoles. Si estás buscando un restaurante español y auténtico y estás dispuesto a probar comida nueva, te recomiendo Pintxo Pote.
Pintxo Pote se creó en 2013 y está situado en un centro comercial pequeño en Los Gatos, en el #424 de N Santa Cruz Avenue. Es la creación de Héctor Figueroa, un ingeniero que tenía una gran pasión por la comida española y se convirtió en chef. La entrada pequeña está un poco escondida, pero cuando se entra en el restaurante, es como entrar en el mar. El interior es muy minimalista y las paredes están pintadas en varios tonos de azul y gris. En el centro, hay un bar muy largo que da a la cocina y alrededor hay algunas mesas para dos o cuatro personas. La música tranquilizante de la guitarra y el personal amable establecen una atmósfera relajante.
Como el nombre indica, Pintxo Pote sirve pinchos, tapas del País Vasco, en el norte de España. Se especializa en los pinchos de marisco, pero también hay pinchos de carne y algunos pinchos vegetarianos. Cuando mi familia y yo fuimos para una cena el verano pasado, no estaba muy lleno y por eso, el chef pudo recibirnos. Pedimos alrededor de 12 platos que nos costaron alrededor de $100. Queríamos probar una variedad de pinchos pero hicimos el error de pedir todo de una vez. Sirven los platos rápidamente y nuestra mesa estaba abarrotada con todos los platos. Para una experiencia ideal, les recomiendo que pidan 3-4 platos para empezar y después, si aún tienen hambre, piden más.
La presentación y preparación simple y excelente de los pinchos destacaba la buena calidad y la belleza de los ingredientes frescos. Por ejemplo, las vieiras (scallops) doradas ($16), servidas en un puré de alcachofa de Jerusalén y azafrán, estaban frescas y tiernas, y se derretían en la boca. Algunos platos eran demasiado salados, como las almejas con chorizo ($13), pero otros necesitaban un poco de sal y no proveen sal ni pimienta en la mesa a menos que les pidan. Para mí, el mejor plato fue el pulpo a la plancha ($14.50). El pulpo estaba tierno y el puré de coliflor y pimiento añadía un elemento cremoso y un poco dulce en vez de esconder el sabor del pulpo. Además, los postres eran muy ricos, especialmente la torrija (french toast) caramelizada ($9.75): pan suave que estaba remojado en una crema de vainilla y canela, caramelizado y servido con helado de vainilla y una compota de bayas (berries). En fin, aunque Pintxo Pote no es un restaurante perfecto y es un poco caro, es muy bueno. Es un restaurante divertido donde se puede comer comida española auténtica.